La vida puede entenderse como una sucesión de acontecimientos guiados por el azar. También como algo predestinado, algo que ocurrirá porque está en tu sino, el destino, a él se acogen los estoicos ante la incapacidad de cambiar el futuro. En cambio, otros creen que todo sucede como fruto de nuestras decisiones y nuestra actitud, somos entones responsable de aquello que tenemos y de lo que carecemos, nada es casual sino más bien causal.
Todo es falso y cierto a la vez, las decisiones que tomamos marcan nuestro futuro sin duda, pero no es menos verdad que la suerte o la desgracia a veces aparecen de repente para romper un camino que podía llevarnos a la felicidad o al abismo. Si estaba escrito por un dios o una suerte de predestinación me cuesta creerlo.
Lo que percibo con seguridad que hay hechos que marcan el destino. Nacer en Chad o en un entorno de pobreza extrema te hace víctima de un futuro que no puede prometer mas que miseria. La gente que aquí nace, no tiene ninguna posibilidad. Nos marca el distrito postal, nos marca el lugar del mundo, la familia, el entorno y nada de ello es fruto de una elección personal. Si existe un dios que coloca a cada cual en un punto arbitrario del tablero es un psicópata, si no hay más que azar es una perversión de la vida misma.
Cada día en el hospital llegan mujeres con distintos problemas. Los embarazos son una carga que sólo las mujeres soportan. La mayoría con muchos hijos, si es que su naturaleza se lo permite. Muchas de ellas sin un marido que las respalde, con una familia que las ve sólo como criadoras. No sé de qué trabaja la gente, veo casas de pésimas condiciones, sin agua y sin luz las mas de ellas, cuando hay luz, va y viene, hasta en el hospital ocurre. Veo tienduchas en la carretera o en bajos de aspecto siniestro y mísero. Venden lo que producen otros, principalmente en China y Asia, ellos no producen casi nada. La mayoría baratijas, poco deben ganar sus dueños, porque poco tienen los que compran. Las enfermeras por ejemplo cobran 80.000 Francos Cefa (unos 130 euros al mes), ellas al menos tienen un trabajo remunerado y seguro. Al hospital llegan los pacientes y antes de cualquier atención (una ecografía, un análisis, una visita…) debes pasar a pagar lo que vale. Si no pagas no te ven. Parece cruel, pero si no lo hacen, nadie pagaría y el hospital cerraría por falta de fondos, el gobierno sólo aporta dinero por proyectos. Mantienen además la Universidad de Medicina y la Escuela de Enfermería. Enfermeras y estudiantes forman parte de los recursos humanos (en general, chicos y chicas muy espabilados). El que es ahora Jefe de Ginecología, fue alumno nuestro en 2010 (algo quedó de lo que hicimos, quiero pensar). Una ecografía vale unos 5000 FC (8 euros) un análisis de sangre 2000FC (3 euros), un parto 25.000FC (40 euros), si hay que hacer una cesárea, hay que hacer firmar el consentimiento al marido o si no lo hay, a su familia, la madre no firma, pero además tienen que ir a abonar la cesárea antes, 100.000FC o quizá un poco más con la medicación (65-70 euros). En la farmacia les dan una caja con todo lo necesario para la cirugía, hilos de sutura, gasas, medicación para la hospitalización. No se puede empezar hasta que no lo traen. La familia lo piensa y entre tanto, esperas. Cuando ya hay tomada la decisión de una cesárea, hace horas que puede que debería haberse hecho porque llegas cuando te avisan las matronas, pero hay que esperar posiblemente otra hora a que todo esté preparado. Las que llegan con condiciones de extrema urgencia, el aviso es inmediato, pero igualmente hay que esperar el pago o ponerse a hacerlo mientras van a pagar (unos lo hacen y otros no) cada medicamento que recetas pasan a la farmacia y lo abonan, es la familia quien lo trae antes de ponerlo en el hospital. Imaginamos a la enfermera con sus 80.000 FC que paga una casa, un alquiler nada barato de un antro, la comida de ella y sus hijos, el teléfono (todos tienen teléfono, Airtel se hace de oro) una moto de fabricación china o trasporte público: vanettes atestadas de gente… cómo afrontar estos gastos extraordinarios. Ahora me pongo en el sitio del que trabaja en la tienducha o mal trabaja en cualquier oficio no imaginable. A veces deciden irse sin hacer lo indicado, un aborto que había que legrar o situaciones aún peores, simplemente se van. No sé qué ocurre después con ellas.
Así que a esos que aún piensan en la meritocracia porque han nacido en una familia que les abre todas las puertas y engrasa sus estudios, aquellos que piensan que están ahí en la cumbre porque se lo han ganado a pulso, a los que desprecian a los pobres porque son ladrones, sucios... a los que creen que por derecho divino pueden disfrutar de sus comodidades sin considerar que hay mundos de mierda paralelos, a los que no tienen compasión de quien arrastra la miseria como una condena a perpetua, a los que se sienten ganadores, multimillonarios, grandes emprendedores, listillos o aprovechados pero justifican sus ganancias con su brillante inteligencia capaz de engañar a los demás, a los ilustres ignorantes, los papas de sus propias teologías, los creadores de contenido y couchers, los influencer, los paletos neandertales que pegan o insultan a los pobres, negros o inmigrantes, los que piensan que debemos soportar estoicamente los males que dios nos ha dado porque son una prueba para entrar en el paraíso, a los que compran y venden armas, los que ordenan las guerras, los que las utilizan en su beneficio haciendo caer en un infierno mayor aquellos que ya se consumen en la indigencia, a todos ellos que se vayan a la mierda.
“Henry Morton Stanley (embajador de Leopoldo II de Bélgica que encontró al desaparecido David Livingstone): La civilización nunca parece tan atractiva como cuando uno está rodeado por la barbarie; y sin embargo, la barbarie nunca me parece tan sugestiva como cuando estoy rodeado de civilización”