LA DISTANCIA

jueves, 20 de noviembre de 2025

La distancia da perspectiva, da visión panorámica como la que se ofrece al montañista la cima. Permite mirar hacia lo lejos. Se puede tomar aire para repasar lo vivido, ver errores y faltas, ausencias. Permite cerrar los ojos y pensar en lo que posees y no viste cuando lo tenías cerca. Saborear la importancia de las pequeñas cosas, los detalles que olvidamos mientras el segundero corre. Ese instante o esa eternidad pasajera ayuda a replantear el futuro o darle forma desdeñando lo superfluo. Tras el ascenso a la cima o tras llegar al destino inicias un proceso de creación propio, la acumulación de recuerdos, emociones, sonidos y experiencias que se quedan en la memoria o en la retina y que requieren tu propia modelación para poder ser contados.

Parado desde la cumbre se puede otear como un vigía el horizonte por donde el sol salió y desentrañar el punto donde se pondrá. En la soledad de la lejanía se siente el frío de la ausencia. Nada sustituye lo que quedó atrás. Incluso en la vorágine del trabajo no deja de sentirse la presencia lejana de los tuyos. Dicen que la distancia es el olvido, pero no es cierto, la distancia llama al recuerdo constantemente, te hace dependiente de las imágenes que quedaron grabadas en la memoria emocional.

La distancia proporciona tiempo, que como el espacio es plástico, deformable, maleable. El tiempo necesario para la introspección, para regalarse a uno mismo y luego ofrecerlo a tus amigos y amados. Pero la distancia produce nostalgia, echar de menos lo cotidiano, desear abrazar a los próximos.

La distancia te regala nuevos aires, saludables momentos y tristezas pegadizas que necesitan ser frotadas con fuerza para desprenderlas de la piel. En esos luminosos días que sucede lo novedoso y se eriza el vello de la emoción, crees que fue bueno tomar el camino y recorrerlo, pero el dolor acecha siempre tras las sombras para sorprenderte cuando estabas distraído con la nueva realidad. No tiene piedad y no mide el impacto, ni siquiera es consciente de a qué órgano alcanzará. La vida es ciega no trata de dañar ni agradar, lo que sucede es simplemente casual. 

 

 “Viajar es descubrir que todo el mundo se equivoca. Cuando uno viaja, tus convicciones caen con tanta facilidad como las gafas; sólo que es más difícil volver a ponérselas en su sitio”  

Aldoux Huxley