MALINCHE

miércoles, 24 de julio de 2024

   Tras el éxito sin precedentes del “Mago de Vox”, Nacho Cano emprende ahora una nueva aventura. La obra es fruto de un largo periodo de reflexión, claramente más madura y con un propósito mucho más ambicioso que la anterior. Ha contado con un abultado número de extras venidos del otro continente, son becarios aprendiendo por eso cobran poco. 

    Cuenta con un reparto estelar que nadie podrá tachar de improvisado o de poco profesional, su interpretación es tan loable que no sería de extrañar que sean merecedores de un premio de teatro. 

   Nacho en esta ocasión no pretende ceñirse a la realidad de la historia, sino que va mucho más allá, ahondando en la intrahistoria de los personajes. La crítica podrá culparle de cierto grado de invención y fábula, pero él quiere huir del mito y la leyenda negra para entender la verdadera realidad que asoma bajo su sombra. 

    El personaje principal es el Malinche de  Perro Sanche. 

    No entra en su discurso banal, ni en la traición perpetrada, sino que quiere descomponer su poliédrica personalidad en todas sus facetas. Es narrador de su trayectoria, contada por los demás protagonistas, todos ellos en un alto escalafón del mundo de la escena y la tribuna.

   En el primera acto el protagonista es García Castellón de la Plana, que se ocupó de los inicios de la conquista. Cual Don Pelayo comenzó su batallar contra las hordas rojas imputando a los enemigos de España los delitos que fueren necesarios para limpiar la imagen del Imperio y mantener el pundonor de la Nación. Por su ferocidad, el enemigo no pudo mas que claudicar y retirarse. Liberó de la cárcel a las huestes españolistas injustamente presas por la maledicencia y el desorden. Gente de bien que fue mencionada infames papeles como M. Rajoy, insinuando que podría tratarse del mismo presidente del auténtico gobierno de los españoles, fue oportunamente desestimado. En este acto introduce Nacho un elemento novedoso con una coreografía sorprendente donde la policía patriótica interpreta un número de baile que pone en el escenario más de 60 actores y deja sin aliento al público y a la democracia que asistía de incógnito. 

   Malinche es aquí mero un espectador y va urdiendo su estrategia para asaltar el poder movilizando las tribus amigas, algunas de ellas sanguinarias, aquí las llamaremos Bilduetarras y filoterroristas para que se entienda la obra y el profundo significado que trasciende de este primer acto. 

   El segundo acto también narra las peripecias del mismo protagonista castellonense, esta vez en abierto combate para mantener la España grande y libre, siguiendo el mandato del líder espiritual, el chamán, el gran Manitu, Josemari para los amigos o MAR para otros. Como Escipión es llamado de su retiro por el Senado Romano, para mantener el asedio a la numantina defensa de los bárbaros que quieren romper España. En las batallas Manuel demuestra una estrategia novedosa, que pareciera inspirada en el mismo Señor de los Anillos. La lucha de los héroes de la Tierra Media, junto a los Elfos y los Enanos contra el poder Oscuro de Sauron y él como el mago Gandalf mediante conjuros hechizos y sentencias, vencerá al poderoso enemigo. A veces los magos tienen esa parte oscura, que no son lo que parecen. Como buen musical no falta en esta parte una coreografía, un ballet ruso que interpreta el famoso Kazachok, como solista un bailarín con barretina. 

   Malinche que había depositado toda la confianza y había perdido parte de sus huestes en la liberación de estos facinerosos de la estelada, cariacontecido, asiste al fragor de la batalla que ahora sabe que se acerca a sus murallas. Escribe cartas a su ejercito, les arenga para que la moral no decaiga. Aún no conoce el impresionante giro de la trama que puede llevarle a un desenlace fatal. Entre tanto Sauron y los Orcos gritan desde los campos de batalla sembrados ya de cadáveres. 

   En el tercer acto Nacho lleva magistralmente la acción hasta un desenlace sorprendente. 

   Entra en escena un monstruo de la interpretación, Bien Peinado, viene a resolver definitivamente la batalla y Malinche es su objetivo. Es un auténtico acróbata, un funambulista que camina sobre el filo de la navaja. Tiene detrás un ejército de escribas y valientes patriotas que no dudarán en arremeter contra todos aquellos que traten de someter a los buenos ciudadanos, a los auténticos ciudadanos, los españoles muy españoles. Despliega una estrategia basada en fuegos de artificio que dejará al enemigo aturdido, sorprendido por su osadía y su capacidad de inventiva, con ataques por retaguardia y por los flancos, pero que tienen como objetivo derribar al caudillo (bueno no digamos Caudillo que nos podemos confundir, digamos cabecilla), pues bien viene a asestar el golpe definitivo al líder, que permita a Sauron imponer su dominio sobre la Tierra Media y agrandar su imperio. 

   La escena se convertirá de repente en un número musical de togados, algo nunca visto y que es el perfecto preludio para la apoteosis final. Todos los focos se concentrarán en el paladín de la verdadera esencia de los valores que nos hicieron conquistadores. Ni el mismo Hernán Cortés igualaría en elegancia a este superhéroe Peinado ascendiendo por la pirámide azteca para arrancar el corazón al rebelde y sus adláteres para ofrecerlos en sagrada ofrenda a los dioses. Las cámaras lo quieren y el ama las cámaras. 

   Malinche ve desde lo alto como se acerca puñal en mano y en ese momento se apagan todas las luces. Tras una tormenta de rayos y truenos a base de luces y música heavy metal se ve la lucha final en el vórtice de la pirámide. Puede verse una figura cayendo, pero el autor deja para el público la interpretación de quien se precipita en el abismo. 

   Nacho promete una segunda parte de la Historia porque sabe que Malinche posee un manual de supervivencia. ¿Quién sabe? Esperaremos con ansiedad la próxima entrega. 

   Relato escrito por el ojo de Sauron.

Canción Del Mariachi - Antonio Banderas, Los Lobos • BSO: Desperado

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