LA ANTIPOLÍTICA

sábado, 9 de julio de 2022

   Política. (etim. politiká: asuntos de las ciudades) 

  Gusta a la ciudadanía despreciar la política. digamos que es cool el sentimiento de ser apolítico o antipolítico. Estar contra el status quo siempre se ha llevado, abogar por el cambio, romper los moldes ha sido siempre tendencia. Un estigma creado a base de malas prácticas. Si la política es un arte, el arte de gobernar basado en la participación y el diálogo, los políticos han abusado de las malas artes. En parte el populismo no es más que el desprecio por la política y la búsqueda del incondicional apoyo a cambio de un imposible. Prometer lo inalcanzable o lo que el imaginario colectivo cree que merece por derecho resulta atractivo. Todo pueblo se ha creído siempre el Pueblo Elegido (Jorge Drexler). Promete una playa en un pueblo de interior y lo aceptarán porque es un deseo colectivo para la gente que no tiene mar. Promete la independencia, la separación de un poder superior y la idea será bendecida porque hace consolidar la propia autoestima. Miente si quieres, falsea los datos, arremete contra el poder establecido que obtendrás el apoyo de una mayoría que aspira siempre a mejorar. Por supuesto ese cambio siempre ofrece el sueño de subirse al ascensor social y apretar directamente el botón del ático. El truco del tocomocho es tan viejo como el mundo, cualquiera se deja deslumbrar por un halago o por una oportunidad por increíble que parezca. Somete más a los hombres la adulación que el castigo. Trump apeló al America Firts y triunfó. A pesar de su pasado, de que quien hablaba era un millonario, un showman y no un hombre de estado. Prometer imposibles es posible y rentable. Las mentiras impulsaron a Boris Johnson al poder, la ambición por el antiguo imperio, Europa nos roba, todo suena a creíble, siempre vemos los demonios lejos, pero en realidad viven con nosotros, los alimentamos con nuestra vanidad y avaricia. Cuando la realidad descubre el engaño, ya es tarde, se ha sembrado la semilla del individualismo. Los dos cayeron de bruces por sus mentiras continuadas, pero estos falsarios siempre dejan escuela y provocan efectos secundarios. Hemos visto las mentiras que abundan en nuestro propio panorama y parecemos indiferentes, no pasan factura a los mentirosos. 

  En la política, la mentira es un arte. El arte de decir lo que esperan oír los otros, de despertar ilusiones vanas, de alentar la revolución que no cambiará nada. Pero la antipolítica es cerrar los ojos y dejar que te gobiernen indignos y falaces. Dejar de hacer política es arriesgarse a que los traidores se apoderen de tu vida, que los que buscan el poder para beneficio propio te impongan sus normas. 

  Susto o Muerte. Tú eliges.


         Willie and Paula Nelson