FOLIO EN BLANCO O CHAPAPOTE

martes, 6 de diciembre de 2022

¿Cuánto poder puede caber en un folio en blanco? Veo como ahora se reivindica la democracia, la libertad, desde la blancura de una hoja. En Rusia, en Irán y China muestran la inmaculada cuartilla. No se puede decir más con menos. La resonancia de su muda presencia es delatora, el silencio atronador de las palabras ausentes. Todo cabe en ese escrito en blanco, las reivindicaciones, las acusaciones, los gritos y la rabia. Incluso en ella cabría el amor, la compasión a todos los castigados por la soberbia de los opresores. Un folio en blanco puede representar a los amordazados por la Ley, a los muertos en las fosas cubiertos de cal y a los asesinados en las encaladas tapas de los cementerios.  

En contraposición está el chapapote. Ese manto oscuro y pegajoso que se extiende sobre la vida. Tuvimos antaño el manto negro de las sotanas que se aunó con la oscura noche del fascismo. No pudimos despegar aquel sucio emplasto hasta que llegó la democracia. Nos creíamos a salvo hasta que apareció el Prestige que fue soltando hilillos de su pestilencia. La violencia del mar y la nefasta gestión se convirtió en un manto negro para las playas, su piedras y sus peces. Nunca mais dijimos, pero estamos de vuelta. ¿Qué es sino este manto negro de togas que emborrona la Constitución ahora que está a punto de cumplir 44 años? Bajo sus pringosos argumentos, se esconden pretextos que cubren una verdad oscura como el chapapote. La Justicia no es más que un instrumento de poder. Nunca fue ciega ni imparcial. Es simplemente falsa. Oculta tras los birretes, los medallones y las puñetas, un atrezzo de aparente formalidad, se desprende poco a poco el vertido de fuel de su indolencia. ¿Quien juzgará esos actos ilegítimos, quién castigará a esos jueces? ¿La Historia? No hay justicia para quien juzga, como con el Emérito, se establece el principio de inviolabilidad.  

¡Señores del CGPJ, Tribunal Constitucional, regálennos el día de la Constitución un poco de democracia! Sus togas son ahora como el chapapote, un lastre para construir una sociedad más justa.