EN MODO AHORRO

sábado, 13 de agosto de 2022

   Acorde con los tiempos que corren, mi cerebro se muestra en modo ahorro. ¿Quiere esto decir que piensa poco o que se apaga a las 22h como los escaparates? Ni lo uno ni lo otro. En su Naturaleza está pensar, y aunque presumo que cada vez padece la falta de recursos energéticos y va perdiendo conexiones neuronales, pensar piensa todo el tiempo. Eso sí, creo que los dos hemos aprendido a eludir cada vez más el conflicto. Ahorrar en discusiones estériles, evitar enfrentamientos que no lleven a soluciones, apartar los personajes tóxicos del paisaje cotidiano, vadear los charcos, ningunear a los imbéciles sin dedicar eL esfuerzo de entrar en su juego. Estas son las medidas de ahorro energético que hemos convenido. 
 
   No digo que sea fácil, porque es inevitable escuchar las idioteces que a diario aparecen en los medios, es imposible esquivar a todos los que se complacen de complicar el mundo y concretamente tu mundo, pero dentro de nuestras posibilidades hemos establecido un pacto de colaboración mutua. Carecemos de un plan prefijado, vamos improvisando, pero ambos caminamos en una dirección. Paso a paso, bloqueando a los negativos, apartando el cáliz del sufrimiento para sustituirlo por la jarra de cerveza o el vaso de vino, nos adentramos en el mundo virtual de los libros que es el más generoso en placer, ya dimos esquinazo al metaverso. 
 
   Creo que ahora que estoy alcanzando los días de mis vacaciones, mi cerebro y yo, vamos a tomarnos un tiempo de baja conflictividad en lo diario. Vamos a empeñarnos en pensar poco y bien, dejando en modo avión del hemisferio frontal. ¡A tope con el sistema límbico! 
 
   Intuyo escasa repercusión en el ahorro general, pero huir es siempre el sistema más seguro de alejarse del peligro. Él y yo vamos a estar exentos por un tiempo de las decisiones importantes. Quizás habrá que tomar alguna disyuntiva sobre si descansar o salir de paseo, leer o ver la tele, bañarse en la piscina o dedicarle atención al hielo que se derrite en el vaso. No hay más remedio que asumir aquello que es inevitable, pero vamos a poner todo el empeño en la ociosidad, el dolce far niente.
 

          "Ludovico Einaudi. Una mattina