ES EL MERCADO, AMIGO

miércoles, 13 de octubre de 2021

   Cuando escuché la frase de boca de ese delincuente hipócrita, que pretendía que creyéramos su ignorancia en el delito, entonces fui plenamente consciente de una oscura realidad. El mercado no es una entelequia, no es un concepto abstracto que reside en los libros del ideario liberal del siglo XXI. El mercado es un puñado de gente sin alma que manipula las economías para obtener siempre beneficios. La palabra se repite cada día, como un eco después de cada noticia. 

   Si la electricidad sube un 300%, amigo, es el mercado. Levantan el grito sus adoradores, no se puede intervenir el mercado para no socavar los cimientos de la democracia. Si los alquileres se disparan y se aliena el derecho a un hogar, no debemos actuar en contra del mercado inmobiliario, es un desatino propio de los bolcheviques. Si los salarios miserables suben 15 euros, ponen el grito en el cielo, tal atrocidad puede poner en riesgo el mercado. 

   No ponen en riesgo el mercado ni las ayudas multimillonarias en los ERTE ni a las empresas para sortear una crisis sociosanitaria brutal, en esto todos de acuerdo. Hay que salvar el mercado laboral. Como cuando quiebran los bancos, hay que levantarlos en nombre del mercado. Eso no es intervención social-comunista, eso es una necesidad inaplazable, un innegable axioma, como el de “la banca siempre gana”. 

   El mercado laboral, el mercado bursátil, el mercado financiero hay que defenderlos por delante de las personas.  Es el mercado, amigo. Atrás quedaron el mercado de especias, el mercado de proximidad, el mercado de pulgas, todos ellos pequeños recuerdos de una economía de intercambio, no de mercado. Hemos enriquecido nuestro vocabulario con  términos como segmentos de mercado, el mercado negro y los mercados alternativos. Eso sin destapar la caja de Pandora (o Panamá) con sus papeles, que nos hablan de entramados financieros, sociedades offshore, paraísos fiscales, testaferros... 

Siempre ha habido listillos y pagafantas. Es el mercado, amigo. 

Ten claro, que el mercado es el mercado y tú, la mercancía.


         Hey Jude, Beatles