TIEMPO DE SILENCIO

lunes, 8 de abril de 2024

   En el tiempo del ruido, del caos, de la mentira, de la hipérbole, de las bombas y los gritos por el hambre, también hay un tiempo de silencio. Silencio para honrar a los muertos, a todos ellos. Un tiempo para el respeto a su memoria silenciosa, para el recuerdo de sus vidas entregadas al trabajo, a sus familias. Es necesario detener el ensordecedor estruendo de la vida para honrar a la muerte, para dejarla hacerse presente y que nos hable: “memento mori”. Para que nos consuele en que no desaparece la vida con el cadáver, sino que pervive en la memoria de los que compartieron su existencia. Por muy anónima que haya sido una vida, por muy aparentemente anodina, toda persona ha construido a su alrededor una red de afectos, un grupo humano de seres queridos que mantendrán en la memoria su paso por el mundo, la huella permanecerá hasta que finalmente el oleaje del tiempo la borre. 

    Sería mucho pedirle al mundo que la hiciera imborrable, si incluso para los genios y los malvados que permanecen en la Historia, su recuerdo no es más que una nota a pie de página que no va unida a ningún afecto. Sólo el amor hace que esa huella rompa el silencio del olvido y haga presente al ausente, la memoria se convierte entonces en una luz que devuelve el hálito y la palabra al muerto y lo hace regresar del Hades como Orfeo. Sólo el amor, y con eso basta. 

   A mi padre que murió esta madrugada.