PARADOJAS

domingo, 15 de octubre de 2023

   “Las paradojas son el camino de la verdad. Para poner a prueba la realidad debemos verla sobre la cuerda floja. Cuando las verdades se convierten en acróbatas, podemos juzgarlas” del retrato de Dorian Gray. 

   El mundo se sintió mejor cuando restableció el honor mancillado por la barbarie a un pueblo. Quien puede dudar que el pueblo judío maltratado, no sólo por el nacismo si no mucho antes por Leyes y Reyes, mereciera una tierra prometida, un lugar donde lamer sus heridas que fueron profundas y siniestras. Pensaron quizá que como mansos corderos se asentarían y pastarían en paz. Nadie podía creer que los corderos se convertirían en lobos y acecharían a sus vecinos hasta dejarlos encerrados en un redil mugriento. La paradoja, la contradicción sobre la lógica, no sólo surge en la transformación del sometido en verdugo, ocurre también en la normalización de esa circunstancia por Occidente. Los apoyos a la actitud irracional e inhumana de los que fueron humillados traduce una verdad, la culpa. El mundo asumió la culpa por haber permitido un castigo degradante e injusto, creyó que su apoyo incuestionable a la víctima lo eximía del pecado. Los palestinos son también víctimas del Holocausto nazi, porque para expiar el pecado de haberlo permitido, Europa instaló a los judios en su territorio y estos se han apropiado del mismo aplicando políticas de limpieza étnica y apartheid, con el silencio complice del mundo.

   Pero la paradoja plantea una nueva cuestión Hace apenas un año, la invasión de Putin sobre Ucrania provocó una ola de solidaridad sin precedentes, abrimos nuestras fronteras, acogimos a los refugiados, les dimos estatus de ciudadanos vulnerables, asumimos los perjuicios de la guerra para nuestras economías a cambio de la dignidad de estar en el lado justo, en bien de la democracia, de la libertad. Ahora la ocupación de Palestina (perpetrada desde hace años) no levanta más que voces aisladas, más o menos airadas, pero las fronteras siguen cerradas y sus ciudadanos expuestos a la muerte y la miseria. Contemplamos el hundimiento vergonzoso de nuestros principios de humanismo sin acciones eficaces para evitarla. Somos conscientes del atentado contra el derecho internacional, de los crímenes de guerra, con la única excusa del terrorismo por la acción de Hamas (como si la política aplicada previamente sobre estos territorios no faltara a los principios de los Derechos Humanos). Tras esta nueva paradoja se esconde otra verdad, la verdadera razón por el que ocurren los acontecimientos  y su permisividad, es la pobreza. 

   Son pobres y queremos expiar nuestra antigua culpa, no tendrán pues salvación, están condenados. Después recaerá de nuevo la culpa sobre nuestras cabezas y el círculo volverá a cerrar la Historia. Cuántos niños necesitan morir para llamarlo Holocausto.

Es Amarga la Verdad - Paco Ibañez