Cuando no existen argumentos, mejor inventar cuentos. Es la máxima a seguir por la derecha de Feijòo. El filón de la crisis económica que encumbró a Rajoy, se ha visto frustrado por la realidad actual. No predice el futuro que siempre es una montaña rusa. A pesar de los malos augurios, del anuncio de los desastres inminentes, el discurso milenarista de la derecha más rancia, ha fracasado (fra-Casado, que coincidencia). La parusía anunciada con Feijóo no es más que un fake. Más de lo mismo, un nuevo capítulo de equilibrio entre la derecha y la extrema derecha. Sin pértiga, sobre el alambre Alberto se mueve mal. Cada vez que habla tienen que poner la red por miedo a que se estrelle.
Así que no queda otra que apelar al escándalo. A la letra gruesa, a la falsedad vestida de blanco. El campo de batalla está sin duda en lo social, lo económico de momento lo dejamos, han pensado. El planteamiento es simple, un gobierno divergente con puntos de vista encontrados, ataquemos por ahí. La ley del Si es Sí, un fiasco, una chapuza, ese es el argumento. Una Ley que parte de una premisa absolutamente progresista que es poner en valor la decisión de la mujer, es puesta en solfa por defectos de forma que se retuercen para hacerla trastabillar. Desde luego no veo un acierto en su ejecución, que cambien aquello que permite su confusa interpretación, que se adecue a lo que el legislador pretendía, que no era otra cosa que salvaguardar la autonomía de la mujer, pero pienso que es un logro de progreso.
La Ley Trans, otro filón que hay que explotar. Hay una chica que ha mostrado su arrepentimiento tras su cirugía de cambio de sexo y eso convierte la ley en un peligro público y augura cientos de mujeres que van a desear de nuevo ser hombres, hombres que pedirán un día ser chicas para el día siguiente volver a su estado previo. Vamos al caos sexual según parece. Perderemos nuestra identidad y convertiremos nuestra sociedad en un grupo repleto de maricas y lesbianas por mor de este nuevo orden moral que la izquierda impone. Resulta que la chica era gallega, que se acogió a la Ley Trans que promulgo el gobierno de Alberto, de la que presumió por su progresía. Casualmente la nueva ley lo que viene a corregir es precisamente el apoyo psicológico que es el motivo de queja de la mujer. En fin, utilizar un caso para deslegitimar la ley, estando plenamente implicado en su elaboración es de una hipocresía absoluta. No existirían leyes si fueran anuladas por un caso de conflicto con la propia norma. La ley de la vivienda permite desahucios, la penal que se encarcele a pequeños ladrones y se libere a ladrones de guante blanco y así hasta el infinito.
Cuando escucho a un político hablar en nombre de la "gente de bien", me pongo a temblar. Quizá él sabe quién es esa gente, desde luego él estará incluido en ese selecto grupo. ¿Qué pasa con los que están fuera de su campo de visión? No existen, son los vagos y maleantes de la ley franquista. Esta mirada tan restrictiva del mundo, tan exclusiva, porque excluye, no es más que una vuelta al fascismo, al pensamiento único, a los totalitarismos incluidos los de izquierdas como el de la China maoísta o estalinista. La diversidad no puede ser un problema. Ejercer derechos no conculca los derechos de los otros. Ofrecer opciones no limita la libertad de los demás.
Estuvieron en contra del divorcio que destruiría las familias de su ideal nacional católico y luego se divorciaron utilizando los recursos que querían prohibir para los demás. Se opusieron a la ley del aborto porque defendían la vida. Al parecer eran los únicos interesados en la vida, los demás eran asesinos, pero ¿Acaso ninguno de los que fueron beligerantes con esos derechos no se ha servido de ellos? Y quien no lo ha hecho, ¿Ha sido obligado a ponerlo en práctica? Lo hicieron también con el matrimonio homosexual, no entendían mezclar manzanas con peras, en una de las numerosas perlas que nos dejó la señora Botella. Han ido siempre al rebufo de los cambios sociales que han introducido otros, siempre a la contra, pero ni siquiera han tenido el valor de cambiarlos cuando han gobernado, porque eran legítimos. No entienden la libertad como un proceso reflexivo que consiste en ejercer tus principios sin lesionar los de los otros. La libertad para ellos consiste en aceptar ciegamente los preceptos de su moral y su doctrina, sin apelación.
Alberto y el mundo mediático de la ultraderecha piensa que vamos a una sociedad sin padres ni madres, sólo progenitores gestantes o no. Una falsedad vestida de puntillas para que parezca un despropósito. La Ley sólo hace inclusiva a todas las parejas. En su texto no borra el título de padre o madre, sólo contempla incluir los nuevos modelos de familia. Nadie puede dejar de ser padre o madre de un hijo. ¿Acaso le parecería bien que dos mujeres que tienen un hijo en común, una fuera su madre y la otra su padre?¿ Existe alguna maldad en dar estatus legal a la madre no progenitora? Tampoco en el caso de una pareja de varones que adopten un hijo o hija. Ello no obliga al resto de madres a cambiar su situación, no nos afecta al resto, no menoscaba nuestra libertad. Imagino que el señor Maroto en su matrimonio no solicitó ser la novia o que su marido constase en el documento como su mujer. Son de un cinismo sorprendente. La Ley nos permite ser marido y mujer, marido y marido y mujer y mujer. Padre, madre, progenitora o no. Podrían explicarles que las leyes deben tratar de incluir los cambios que la sociedad incorpora, hacer que sus ciudadanos puedan ejercer sus libertades individuales dentro de un marco colectivo.
Que no existen verdades absolutas, ni leyes perfectas. Sólo ciudadanos que quieren verse representados en la Sociedad.
Queda un año de despropósitos tirando la piedra y escondiendo la mano, pero no está de más que se destapen sus vergüenzas y sus contradicciones. No necesitamos banderas, ni titulares, necesitamos programas de gobierno, crítica constructiva e ideas para el progreso.