VENCEDORES, VENCIDOS, CONVENCIDOS

viernes, 4 de septiembre de 2020

   De nuevo en la encrucijada. En manos de la voluntad, los aciertos, los errores y los intereses de nuestros políticos. La estrategia prima sobre la necesidad. Ante un panorama desolador, nos encontramos una vez más con la desunión. Las alternativas son la crisis o la miseria y visto el comportamiento de nuestros amados líderes me veo más en la segunda de las alternativas. Siento ser pesimista pero no me da el ánimo para más, pese a estar en las vacaciones que casi daba por perdidas a mediados de agosto. Ahora en el borde del precipicio miro al horizonte y no distingo el futuro. Hemos subido de nuevo tan alto que las nubes tapan el suelo.  

   ¿Cómo apelar al interés común si no existe? Cada cual tiene el suyo. Lo que era evidente en la primera oleada, que teníamos que salir todos juntos, ya nadie lo menciona. No habrá vencedores ni vencidos. Habrá muertos y vivos, ricos, pobres y miserables como siempre, pero cuántos, dependerá de cómo lo hagamos. No existen fórmulas mágicas, nadie las sabe, ni gobierno, ni oposición, ni Madrid, Barcelona, Euskadi, Andalucía o Valencia. Todos hemos fracasado estrepitosamente y ya no podemos alegar que no lo esperábamos. Estamos en medio del desastre. El Espíritu de la Transición que tanto llenó la boca a los políticos brilla ahora por su ausencia, ni el más mínimo atisbo de ser invocado como solución. 

   Los políticos no son más que el reflejo de sus sociedades, somos quienes los eligen, para nuestra propia vergüenza. Por esto mi tristeza. También nosotros estamos fallando. No hay un convencimiento de que somos parte del problema y de la solución. Demasiados de nosotros ignoran el riesgo real de lo que nos ha venido. No hablo sólo de los negacionistas. Siempre hay individuos que utilizan como estrategia el defender lo indefendible, porque quieren marcar la diferencia y sacar provecho de ello. No por convencimiento, los perturbados son una minoría. Detrás de negacionistas, teóricos de la conspiración, supremacistas, fascistas o machistas trasnochados hay más interesados que imbéciles. Muchos de ellos no son más que buscadores de admiradores, creadores de falsos mitos, influencers baratos que buscan el protagonismo. El problema es, que su populismo, su llamada a la emoción y a los instintos, se aglutinan desnortados y desheredados de la sociedad, que cada vez son más. 

   En la entrada de los Reales Alcázares de Sevilla hay una inscripción en cúfico que dice: “No hay vencedor sino Alá”. Puedes llamarlo Alá, Dios, Amor, Humanidad, Civismo o como quieras. No habrá vencedores, todos seremos derrotados si no nos convencemos que somos la solución y esa solución pasa por arrimar el hombro todos a una. El virus produce insuficiencia respiratoria, pero no debería atacar a la solidaridad, la empatía, el compromiso que tenemos como Sociedad de salir juntos de esta fatalidad. Si no somos capaces de hacerlo nos esperan tiempos difíciles.

         Sting - Fragile.