MUJER TRANSPARENTE

domingo, 14 de enero de 2018

   Esta es la entrada 155 del blog. No pienso hablar de Cataluña, pero este número me recuerda el absurdo social que vivimos.

   Había decidido publicar un libro que escribí hace tiempo por capítulos. Se titula ADAN o la NADA (La verdadera historia de Caín y Abel), donde pese a lo que parezca, el peso de la trama recae sobre las mujeres del Edén. Cada semana o cada dos publicaré un capítulo.

   Pero antes quería traer algo que empecé a escribir estos días atrás en que se sucedieron los casos de violencia machista sobre las mujeres de nuestro país. Coincidió también con la carta que escribe Ana Orantes a su madre 20 años después de su asesinato a manos de su marido. Cuánto nos queda todavía por hacer para con nosotros y con nuestras mujeres.



MUJER TRANSPARENTE

Mujer transparente, casi invisible.
Agua clara, límpida fuente, manantial sereno, blanca, inmaculada, virginal y obediente.
Así te imaginamos, Así construimos tu semblante.
No te hizo Dios para ser sometida al yugo de la virtud.
Naciste para la belleza, naciste para el deleite, para el pecado, para amar y para ser amada. No poseída, ni adorada. Nadie dio permiso para que fueras golpeada, exhibida ni comprada.
Cuando te agredan, no pongas la otra mejilla, defiéndete.

Naciste libre, cuerpo y mente.
No dejes que te secuestren bajo el engaño de tu imagen.
No permitas que se oculte tu belleza, ni que tu ingenio se apague por ser mujer.

Puedes imaginar mundos diferentes, hacerlos posibles, enseñarlos a tus hijos, compartirlos.
Puedes ser cuanto quieras, trapecista, astronauta, médico, periodista, monja o puta.
Que la culpa no corte tus alas, que el pecado impuesto no frene tu vuelo, que no sea tu carcelero.
No te sientas presionada. No permitas que te marquen el paso, ni que te digan que debes hacer por ser mujer, ni lo que te está vetado.
No tienes límites, sólo los tuyos propios, no los de los otros.

Tú mujer, no eres de aire, no eres invisible, ni ingrávida, no atraviesa la luz tu figura.
Eres sólida como la piedra, dura como el diamante, frágil como la ternura, maleable o firme según las manos que te amasen.
Te cimbreas como los juncos frente a la tempestad y permaneces serena ante los embates de la vida.

Resiliente, sabia, maestra, dócil, fuerte y generosa quiero que seas.
Que el mundo entienda que no eres su esclava, su sierva.
Que los Hombres entiendan que no les perteneces, tú eres tu propia dueña.
No pueden dañarte, ni golpear tu cara porque sea hermosa y porque inspire el temor de la derrota. Siéntete poderosa y humilde, siéntete la Eva Primigenia, la creadora. Sé tú misma.

  “No comparto con el catolicismo muchos principios morales. Las Bienaventuranzas me parecen un programa ético mas bien lamentable y poner la otra mejilla es pura y simplemente inmoral, porque nada excita más la maldad que una víctima que se deja victimizar. Defenderse es más que un derecho: es un deber”
Imperofobia y Leyenda Negra.
Maria Elvira Roca Barea