UN AMIGO INVISIBLE

sábado, 11 de abril de 2020

   Este amigo vino de visita, como a veces lo hacen los amigos invisibles, sin llamar ni quedar conmigo. No digo que fue del todo inesperado. Ya sabía que había estado visitando a otros. Lo que no esperaba es que viniera con maletas, como a quedarse. No estaba preparado. Este virus vino vestido de gripe pasajera, pero está siendo una tortura. No hay enemigo pequeño, ya lo sabía. Pero no acabo de creerme este inesperado resultado.

   Dicen que está remitiendo y lo creo, pero ¿cuántos muertos son pocos muertos? Ha sido tan brutal, que las estadísticas las vemos distorsionadas. Una sociedad queriendo llegar al pico de la epidemia, a la meseta, conformándose con un retorno paulatino a la normalidad. Contemplando con horror las cifras ¿Qué será la normalidad después del COVID19? ¿Es verdad que estamos cambiando? Estos días de confinamiento, con tanto tiempo para pensar, para aburrirse, aplaudir, escribir wasaps, citarse en zoom e intercambiar información de la epidemia, ¿nos habrá cambiado el modo de ver el mundo?

   En las noticias ahora han desaparecido los escándalos, parece como que el mundo se hubiera reformado, pero con tanto dolor sólo quieren dejar de hurgar en la herida. Seguramente siguen pasando los mismos despropósitos que abrían antes los telediarios. Esta sinrazón que nos trastorna hace que en las noticias busquen la bondad de las pequeñas cosas, de los gestos solidarios, de las iniciativas generosas. No dudo que lo sucedido nos dará tiempo para pensar. Apreciaremos nuestros tesoros: la salud, la familia, los amigos, el tiempo, el trabajo, … ¿Cuánto tiempo nos durará en nuestra memoria el mensaje recibido? No es la primera pandemia que vive el mundo. Las hubo antes de la Peste Negra, que nos queda tan lejos que sólo parece un sueño propio de la Edad Media. En el siglo XIX las epidemias de cólera, en 1918 la mal llamada gripe española (se originó en Estados Unidos) mató entre 20-40 millones de personas (eso dice la Wikipedia). Y pese a todo esto, nuestro recuerdo está precisamente en la Wikipedia. ¿Cambió el mundo a mejor con esos desastres? La Historia ha acabado por repetirse tantas veces que hace dudar de ello. Nos preparábamos para defendernos de la Guerra. Se armaba el mundo para evitarla,  mientras para mantener la atención en ella se emitían en directo cada uno de los conflictos alimentados por los mercenarios. El rearme nuclear y la Guerra de las Galaxias como horizonte y un simple virus, un microbio invisible, una simple cadena de ARN con envoltura (una de las formas más simples de vida) nos pone en jaque. A nosotros, la especie que se impuso en la Creación, que desafió al propio Creador, que reta al Mundo desestabilizando el ecosistema.

   Nosotros no imaginábamos que podíamos ser desafiados por un ser insignificante, lo de David y Goliat no era más que un cuento de la Biblia. Ahora el miedo nos atenaza y escuchamos las trompetas del Apocalipsis, nos replegamos en nosotros mismos y prometemos ser mejores, hacemos buenos propósitos para reconducir esta sociedad descarriada.

   Solo con imaginar los efectos futuros de esta crisis siento escalofríos. Me doy cuenta de lo necesario de una redistribución de la riqueza. Veo el ejemplo de EEUU (primera potencia mundial) dónde hombres y mujeres no pueden acudir al hospital porque no tienen dinero con que pagarlo y siento verdadera rabia. Ninguna sociedad puede dejar tirados a los suyos. Nosotros nos miramos el ombligo por nuestra Sanidad, pero tras la crisis no se necesitarán hospitales, se necesitará trabajo, ayuda para salir del pozo a miles de familias que agotaron sus recursos en esta pandemia.

   Me pregunto si nos quedará memoria para acordarnos de que, si no salimos juntos, no nos haremos inmunes a las pandemias futuras. ¿A qué estaremos dispuestos a renunciar para equilibrar la balanza?

   Entre tanto pasa la tormenta, tratemos de defender la alegría para volver a Ser en un mundo nuevo, hagamos crecer la esperanza de renacer puros, reguemos la bondad que poseemos para que sea el motor del cambio.

   Hagamos caso a los poetas, no confiemos en la política.

DEFENDER LA ALEGRIA 
Defender la alegría como una trinchera
Defenderla del escándalo y la rutina
De la miseria y los miserables
De las ausencias transitorias
Y las definitivas
Defender la alegría como un principio
Defenderla del pasmo y las pesadillas
De los neutrales y de los neutrones
De las dulces infamias
Y los graves diagnósticos
Defender la alegría como una bandera
Defenderla del rayo y la melancolía
De los ingenuos y de los canallas
De la retórica y los paros cardiacos
De las endemias y las academias
Defender la alegría como un destino
Defenderla del fuego y de los bomberos
De los suicidas y los homicidas
De las vacaciones y del agobio
De la obligación de estar alegres
Defender la alegría como una certeza
Defenderla del óxido y la roña
De la famosa pátina del tiempo
Del relente y del oportunismo
De los proxenetas de la risa
Defender la alegría como un derecho
Defenderla de dios y del invierno
De las mayúsculas y de la muerte
De los apellidos y las lástimas
Del azar y también de la alegría

                         MARIO BENEDETTI



Iyeoka.Symply Falling