NADA QUE DECIR

jueves, 2 de agosto de 2018

Nada que decir, sólo esperar que la vida se te ofrezca. Los presentes que traiga en la mano serán recibidos con alivio, aun temiendo que esconda algún engaño en su manga. Sacar provecho de cada buen momento, hacer que cualquier momento parezca bueno. Carpe Diem, aprovecha el tiempo. Vívelo profundamente, porque cada segundo que acaba te acerca a un futuro ignoto. Sácale partido a la vida con premeditación y alevosía, con empeño. Acepta sus ofrendas, nunca te sientas del todo satisfecho, pero no le reclames justicia. No entiende de dar a todos por igual, ella administra sin miramiento. Recoge lo que te corresponde y vívelo.

Estamos aquí en Coquimbo, en la avenida J.J. Pérez, cerca de La Cantera. Nadie nos dijo nunca que sería así, que pasaríamos tranquilamente la mañana esperando un pequeño regalo del día. Que nos visitaran con la niña, compartir la comida con ellos, tenerla un rato viéndola reír, hacer gestos que nos parecen fantásticos, llorando, moviéndola para que se consuele y por fin dormida llevarla de nuevo a casa. Diez días sin hacer otra cosa que esperar esos momentos. Nada que decir, salvo que pasaría el mes entero en esta armonía imperfecta.

Está todo dicho, ojalá el próximo año sea lo mismo, o mejor, que podamos tenerlos en casa, para no necesitar esperarlos.

Rodrigo Leao. Carpe Diem