REQUIEST.CAT IN PACE

domingo, 20 de octubre de 2019

   Ahora que ya acabó el juicio del Procés y tenemos la tan esperada sentencia en la mano, nadie está contento. Para unos es dura, para otros blanda, unos dicen que les da la razón (castigando a los sediciosos) y los contrarios que también les avala (demostrando la persecución que sufren por los españoles). Estamos en la casilla de salida pero con un país en conflicto.

   Estos pirómanos que nos gobiernan han judicializado lo que era una cuestión política. Han tratado de que los jueces juzgaran un sentimiento y resulta que en los gruesos códigos de la Ley no existía ese delito, por eso necesitaron juzgar otros. Desde que el PP llevó al Constitucional el Estatut de Cataluña, recogiendo cuatro millones de firmas (en mesas petitorias, esas que tanto gustaban a las damas del franquismo) hasta hoy, solo ha habido gasolina y pólvora en el camino. Si existía un sentimiento nacionalista en Cataluña, los discursos incendiarios no han hecho más que hacerlo crecer.

   PP y Ciudadanos han derrochado ingenio adjetivando de golpistas, secesionistas y otros calificativos panfletarios a diestro y siniestro(más a siniestro que ha diestro). Se aplicó el 155, un artículo que estaba aparcado en la Constitución y casi nadie sabía para que servía. Ahora hasta esto parece poco, hablan de poner en marcha la Ley de Seguridad Nacional, detener a Torras, meter en la cárcel a todo detractor de la España Una, Grande y Libre… Todo muy conciliador. Los de Vox puede que acaben queriendo sacar los legionarios a la calle o llevar la guardia mora a Cataluña, está por ver.

   Desde el otro lado de la barricada, los “gobernantes” catalanes han tenido Cataluña desgobernada, siguen en la agitación permanente de la calle. Acuden a la emoción, a la estelada, al himne dels segadors, al Barça, simbología y patriotería que a mí sólo me recuerda a los caudillos. Siguen construyendo el castellet imaginario de la República Catalana, convocando a las urnas sin garantías, decretando en un si pero no la República Independent. De aquellos polvos vienen estos lodos.

   A todo esto, si no supiéramos quienes son algunos de los que hondean la bandera... vienen de los Pujol (que hizo hablar a Aznar en catalán en la intimidad, no sé si del lecho de la cohabitación, mientras su mujer lo anotaba todo en el misal), de los Mas, de Puigdemont. Todos estos eran colaboradores con España y ahora se han hecho enemigos de España. No comprendo cómo han conseguido el crédito de los catalanes después de tanta mentira. Yo, como valenciano me siento unido a Cataluña, por un idioma, por una cultura, por tantas cosas que nos unen con ellos como nos unen ya con madrileños, extremeños, maños, murcianos o andaluces. Porque llevamos tanta historia juntos que es difícil entendernos por separado. Respeto a quien piense lo contrario, pero en cualquier caso, algo habrá que hacer para solucionar este desaguisado.

   La Justicia ha hecho lo que se le pidió. Ahora tocaría actuar a los políticos, pero con esta plantilla, apañados vamos. No sé si tras las elecciones habrá gobierno, pero hasta en ese supuesto es difícil arreglar lo que se ha estado rompiendo en años.

   La realidad es que la sociedad catalana está ahora partida en dos y no puede existir una solución sencilla. No se puede arrasar a la mitad de los catalanes, no pueden independizarse como predican unos, no podemos tomar por la fuerza una Cataluña que no nos quiera. Algo habrá que hacer para hacernos querer de nuevo. Que busquen psicólogos, terapeutas o que aparezcan políticos que sepan hacer su trabajo.

   Entre tanto, dejen en paz el catalanismo y el españolismo, dejemos que Cataluña lama sus heridas en paz y pongamos remedio a este sinsentido. ¡Parlem!

LA TEMPESTAD Y LA CALMA  escrito hace 2 años, en 10 octubre 2017