JUNTÁRONSE LOS RATONES PARA LIBRARSE DEL GATO...

sábado, 10 de noviembre de 2018

   Juntáronse los magistrados, con sus togas, sus grandes medallones y las puñetas blancas de sus mangas para deliberar sobre el impuesto hipotecario. Se reunieron en asamblea, en un salón que supongo lleno de legajos de sentencias previas que sentaban jurisprudencia. El gran Tribunal Supremo, la cúspide del poder judicial. Eruditos, eméritos, Grandes Hombres (sin mujeres, como un cónclave seglar) reunidos, sosteniendo el peso de la Ley en sus manos. Su palabra crea el precepto, inapelable, infalible, imparcial, insondable y ahora ya, insostenible. Tras largas horas de discusión, que intuyo sembrada de alegatos, de referencias judiciales, de antecedentes históricos y razones que para el resto de la sociedad están lejos de ser entendidas, alumbran una verdad. La insoportable realidad de su humana condición. La certeza de que aquellos que habíamos tomado por los adalides de la Justicia, no son más que simples mortales sometidos a la banalidad de los comunes. Capaces de decir lo uno y lo contrario según el Credo que se les aplique. Capaces incluso de la contradicción a sí mismos, la enmienda de lo que previamente se dio por firme, sin mostrar más rubor que el que pueda producir el “Qué dirán”. Aquellos Primados (primus inter pares) nos dejaron el vacío de la decepción. Su asamblea no es más que la asamblea de los ratones, donde a la hora de poner el cascabel al "gato bancario" escurren el bulto. Lo anuncian con fingida elegancia y aires de haber tomado aquella sabia resolución basándose en las mismas leyes que poco antes les habían llevado a apuntar en dirección contraria. ¿Qué nos queda a los ciudadanos? La voz.

   Ahora cuando pienso en Tribunal Supremo, me viene a la cabeza que el adjetivo sirve tanto para el tribunal como para el Turrón Supremo (será porque viene la Navidad).


JUNTÁRONSE LOS RATONES
PARA LIBRARSE DEL GATO;
Y DESPUÉS DE LARGO RATO
DE DISPUTAS Y OPINIONES,
DIJERON QUE ACERTARÍAN
EN PONERLE UN CASCABEL,
QUE ANDANDO EL GATO CON ÉL,
LIBRARSE MEJOR PODRÍAN.
SALIÓ UN RATÓN BARBICANO,
COLILARGO, HOCIQUIRROMO
Y ENCRESPANDO EL GRUESO LOMO,
DIJO AL SENADO ROMANO,
DESPUÉS DE HABLAR CULTO UN RATO:
- ¿QUIÉN DE TODOS HA DE SER
EL QUE SE ATREVA A PONER
ESE CASCABEL AL GATO?
                                   (LOPE DE VEGA)