¿QUIÉN JUZGA AL JUEZ?

domingo, 23 de septiembre de 2018

   ¡Oh mísero de mí, oh infelice! ¿Por qué preguntas eso amigo mío?

   No sabes acaso que hay preguntas que no deben ser dichas. Acaso no conoces la Ley del Silencio que protege lo inviolable. Deja de hurgar en la herida porque la ponzoña te infectará y acabarás en la sepultura o en la cárcel de los proscritos.

   Quizá tu pregunta surja de la inocencia, vives todavía en el sueño de la Libertad. Aún crees que es posible un mundo justo. Tú, que sufriste la maldición de ser marcado por un espíritu libertario. ¿No crees que deberías aprender de los errores de otros? Han pelado ya muchas barbas para que ignores que la próxima puede ser la tuya. La ignorancia no exime de culpa. La Justicia dejó de atender las excusas de los necios, sólo los ardides de la jurisprudencia y los alegatos de los leguleyos pueden cambiar el destino de quien se somete a su juicio.

   ¡Atiende amigo! Acabaron los tiempos de la verdad. La pestilente mentira se abre camino por doquier. De nada valen las opiniones de los sabios, fueron convertidas en discursos baratos. Es hora del ruido mediático que ensordece la inteligencia y que disfraza las medias verdades con la pureza de los axiomas pregonados por los líderes y aclamados por sus apóstoles.

   ¡Despierta muchacho! Vuelve a la prudencia del mudo, esa es tu única salida. Esa, o el cadalso. Vives en la ilusión de lo que fueron los fundamentos de la Democracia. Se te llena la boca de argumentos espurios. La voz del pueblo podría ser oída si no estuviéramos ya todos sordos. El pueblo ha sido sometido bajo el yugo de la obediencia y la mediocridad. La separación de poderes sólo es una ficción. El poder nunca desea separarse, precisamente su poder radica en la fuerza de la unión. El Legislativo favorece al Ejecutivo, el Judicial es nombrado por aquel y rinde pleitesía a su mentor. Tratan de convencernos que en la Justicia está la Verdad. Nada más lejos de la realidad.

    ¿Acaso tu perteneces a alguno de los tres poderes?, Entonces amigo, estás perdido. Reconoce tu culpa y quizá sean clementes con tu falta. No defiendo la anarquía, la insumisión ni la revolución. De nada valen. Sólo la resistencia puede dejar lugar a la esperanza.

   -¡La salvación está en la cultura, en el libre pensamiento!

   ¡Silencio! No pronuncies esos anatemas. Es posible que nadie te escuche, pero ten cuidado.

   La resistencia son aquellos que desde el interior del sistema pueden abrir pequeñas brechas en sus defensas. Políticos, jueces, maestros, sabios, hombres y mujeres anónimos que tratan de construir una sociedad paralela, casi en silencio. Están ahí, pero desconfía. No te acerques demasiado, también son víctimas propiciatorias para el escarnio. En este circo mediático, ahora todo vale.

   Cree en el Credo general y salvarás la piel. Si llaman terroristas a los que les ofenden, si dicen que los ilegales son delincuentes, si quien discrepa en un antisistema, si cuatro trabajos son un master, ¡admítelo como verdadero! aunque en el fondo de tu alma se críen gusanos con la pestilencia de la mentira.

Debido a una profecía hecha al nacer,
el príncipe Segismundo ha pasado
toda su vida encerrado en una
prisión por orden del Rey, su padre.

¡Ay mísero de mí, y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.

Calderón de la Barca
La vida es sueño.

Tres monos sabios: el sordo, el ciego y el mudo