PARA LA MEMORIA, RABOS DE PASA

sábado, 19 de mayo de 2018

   Memoria y Olvido nacieron juntos en la noche de los Tiempos. La Memoria venía para dar luz a la vida pasada, para dotarla de sentido. No había sido en vano el paso fugaz de Cronos, no quedarían borrados los momentos que nos hicieron vivir. Vivir es tanto reír como llorar, sentir placer como dolor. Ahí estaría la Memoria para guardarnos los pedacitos de piel que se nos iban cayendo mientras caminábamos hacia el Destino. Olvido también tenía su papel, como bálsamo, borrando aquello que nos dolió de veras. Lo que hace daño al alma lo transforma en humo, en neblina a través de la cual las imágenes quedan confusas. El árbol del Olvido crece de la tierra abonada por los cadáveres que enterramos, por las penas. Crece frondoso y luce flores en primavera, pero es transparente a nuestra mirada.

   Estos días cuando oigo hablar de Memoria en los medios me estremezco, porque se me aparecen todos los fantasmas que casi había conseguido olvidar. Ahora ETA dejó las armas. Aquellos que mataban a su pueblo con excusas panfletarias han sido vencidos por su propia sociedad. Ellos que querían ser los líderes, los gudaris de la guerra santa que empujó a todos los tiranos a lo largo de la Historia, han sido vencidos por sus muertos, por el asco que producían sus acciones. Al rebufo de esa victoria de los ciudadanos se apuntan como voceros los políticos. Oigo engoladas declaraciones a favor de la memoria de las víctimas. Hablan de defender el discurso de la verdad histórica para que no se manipule su relato. ¿Habrá mayor ejercicio de cinismo? Los mismos que presumen de no dotar la Ley de la Memoria Histórica, ahora dicen ser los guardianes de la memoria de las víctimas. Acaso no recuerdan que hay víctimas del fascismo en las cunetas, no saben que hay asesinos que yacen en panteones edificados con las lágrimas de sus muertos. Hay verdugos condecorados, políticos colaboradores del régimen, hijos del dictador exhibiendo sus propiedades robadas. ¿Quién ha dejado caer el velo del olvido sobre ellos?

   ¿Y las víctimas de la violencia machista? ¿Por qué sólo se acuerdan de ellas cuando hay gritos en la calle, pero olvidan en sus leyes protegerlas? Es una burla que se fotografíen con los padres de los muertos, rotos de dolor, para prometerles venganza. Su memoria exige justicia, una sociedad más solidaria, más igualitaria, educada en el respeto.

   Recuerdo a las victimas silenciadas del metro de Valencia, las del accidente de tren de Santiago, las del Yak-42 en Turquía. ¿Estos adalides de la memoria pretenden rescatarlas del manto de olvido en que las taparon?

   No sé cuánto tiempo hace que murieron la Memoria y el Olvido, reina ahora la Desmemoria. En esta aldea global, sus aldeanos atentamos cada día contra las víctimas de la violencia. Las vemos aparecer tras el cristal oscuro de nuestros televisores, por un momento nos conmueve, puede parecer que nos despertarán del sueño y nos harán tomar conciencia de la cruel realidad en que vivimos, pero al instante siguiente, tras la siguiente pantalla la desmemoria gana la partida. Tras la violencia en Siria, los salvajes crímenes cometidos en Gaza, la hambruna y las epidemias… aparecen líderes prometiendo solidaridad, justicia, investigaciones para esclarecer los hechos, comunicados en contra de los atroces sucesos. En la siguiente pantalla ya podemos vernos reflejados en la pulida superficie del último modelo de coche eléctrico que nos reconciliará con el cambio climático, o se anuncia una campaña de solidaridad para lavar nuestras conciencias. Luego el aluvión de cremas, perfumes, alimentos prodigiosos, móviles inteligentes, hasta que la Desmemoria se erige en vencedora.

   Bienvenidos al siglo de la Desmemoria, tomen asiento, en vez de palomitas conviene pedir rabos de pasa, por si queda alguna esperanza de recuperar la Memoria.